Como auxiliar de clínica veterinaria, debo
decir que la cuestión de la eutanasia animal es una de las situaciones
que más nos cuesta superar, aunque ya estemos avisados desde que nos formamos
haciendo el curso de auxiliar de veterinaria. La razón es obvia: nos
formamos para salvar vidas. Cuando hay que afrontar el hecho de que no podemos
hacer nada más por nuestro paciente, la carga emocional puede desbordarnos.
Todos mis compañeros de promoción expresaban las
mismas opiniones en CIM Formación: esta era la situación más dura a la
que tendríamos que enfrentarnos a lo largo de nuestra carrera. Algunos sentían
verdadera angustia al tocar el tema.
La eutanasia animal
Pero, cuando llega el momento de “dormir” a un animal,
el dolor del propietario de la mascota es tremendo. Los profesionales debemos
ser conscientes de ello y apoyarles en todo momento. Sin embargo, también es
importante que el auxiliar de clínica veterinaria se proteja de sus
propias emociones.
La situación no puede desbordarnos e impedir que
realicemos nuestro trabajo con objetividad, profesionalidad y entereza. Estamos
ahí para eso.
Durante todo el proceso de la eutanasia, el auxiliar
debe armarse de valor para prestar la mejor ayuda posible. Ofrecer una muerte
digna al paciente y consolar a su propietario. Son momentos duros, pero es en
ellos cuando debemos dar nuestra talla como profesionales de la veterinaria.
Sin embargo, aunque mantengamos el tipo en el momento
oportuno; es fácil que, tras una situación tan delicada, en más de una ocasión
podamos experimentar un sentimiento de tristeza, congoja y fuerte ansiedad. Hay
que saber cómo gestionarlo.
El punto de vista y las opiniones de
CIM Formación
En CIM Formación tuve la ocasión de contar con la
experiencia de profesores que son excelentesveterinarios profesionales.
Valoraban muchísimo la vida de un animal y la conexión que se puede establecer
entre el auxiliar y su paciente.
De hecho, consideraban tan importante esta cuestión
que, en el curso de auxiliar de veterinaria, este tema se trataba desde
muchos puntos de vista. El objetivo era poder llegar a conseguir que el
profesional desarrollara métodos para protegerse del dolor.
En este centro, aprendí que el amor que se llega a
sentir por una mascota es el mismo que el de cualquier otro miembro de la
familia. Por ello, cuando los propietarios tienen que enfrentarse a la muerte
de su ser querido, se verán obligados a pasar por el mismo duelo que el que
sentirían por una persona amada.
En esta circunstancia, los auxiliares de veterinaria
debemos estar preparados para respaldar la toma de decisión de los amos. Es una
situación muy difícil para ellos y tienen que estar seguros de que hacen lo
correcto.
Dentro de nuestro trabajo, entra, por supuesto, la
labor de tranquilizarlos y consolarlos. A veces, la situación es muy crítica,
cargada de dureza. Es el momento en el que tenemos que calmar la angustia de
unas personas que pierden a un ser querido. Es el tiempo de las emociones a
flor de piel y posibles reacciones exacerbadas e inesperadas.
La situación no se nos puede ir de las manos. Para
ello, el veterinario debe explicar muy bien cómo se van a hacer las cosas y
asegurar que el animal no va a sufrir y dejarle con vida sería un acto casi de
crueldad.
El papel del auxiliar de clínica
veterinaria
Al frente de todo el procedimiento se encuentra el
veterinario. Pero, en este momento, la labor del doctor es centrarse en las
cuestiones técnicas, la forma en la que debe llevar a cabo la eutanasia
animal. Es quien está al mando de la labor clínica.
Entre tanto, como auxiliar veterinario, hay que
asegurarse de que el animal va a estar lo más cómodo posible. Su labor imprime
cierta humanización al proceso. Asegura la dignidad de la mascota, la limpia y
la consuela. Solemos hablarle con voz suave y tranquila y le acariciamos, para
que se sienta reconfortada.
Es nuestra obligación mantener una actitud de respeto
hacia el animal y de empatía con el propietario. Es lo que garantiza nuestro
grado de profesionalidad. Es el momento de explicar a los dueños que el dolor
que sienten es normal y no deben tener miedo a expresarlo. También ha llegado
la hora de ofrecerles un momento a solas, por si quieren despedirse.
De todos modos, tenemos que ser conscientes de que no
todos los propietarios reaccionan de la misma manera. Algunos pedirán estar
presentes mientras el animal realiza su tránsito. Siempre que sea posible y los
dueños se encuentren en condiciones, es una buena manera de facilitar el duelo
a los humanos.
Otros, en cambio, no podrán soportarlo y se despedirán
antes de que el médico intervenga. Preferirán marcharse. También es aceptable.
Dentro de nuestro trabajo, existe una segunda fase, en
lo que a la eutanasia se refiere. Tenemos que ser muy cuidadosos. Así nos lo
enseñaron con distintas opiniones en CIM Formación.
Se trata de una cuestión muy delicada y es la de
explicar qué prefieren hacer con el cuerpo de su mascota. Aquí trataremos sobre
la incineración o el pago de la factura. Si los clientes son de mucha
confianza, es bueno dejar este tema para otro día o haberlo solucionado con una
especie de “testamento vital” de su mascota.
Algunas personas prefieren avisar a su veterinario
acerca de cómo debe procederse en caso de que a su mascota le ocurra lo
inevitable. Cuando esto no ha sido previsto, en todo momento se debe respetar
el dolor del propietario. Desde que se les entrega la urna con las cenizas
hasta cuando, a veces, regresan, ya que necesitan hablar sobre su animal
muerto.
Es frecuente caer en la tentación de intentar abordar
el tema de adoptar otro cachorro, para que les ayude en el tránsito. No es una
buena solución. Ningún animal va a sustituir a otro. Este consejo solo lo
daremos en el caso de que sea el propio dueño quien exprese su deseo de tener
otra mascota.
Cuestiones a prevenir
Como ya hemos visto, en el momento de realizar una eutanasia
animal, son muchas las cuestiones que el auxiliar de clínica veterinaria
tiene que atender. La mayoría de ellas las hemos enfocado hacia la atención del
estado de ánimo de los dueños.
Este proceso puede ocuparnos mucho tiempo. Es
imprescindible que seamos capaces de tomar cierta distancia, para poder atender
los requerimientos del propio veterinario. Él también está pasando por una
situación difícil. Conoce a la mascota y, probablemente, la haya estado
tratando durante mucho tiempo. A veces, desde cachorro. Le tiene cariño y debe
poner fin a su vida.
Aunque parezca impersonal, en este momento, también
hay que ofrecer un servicio de alta calidad. Se trata de un contexto con un
notable nivel de estrés. El auxiliar debe comprender y atender a paciente,
cliente y doctor.
Como puedes ver, la situación puede devenir en un
cuadro de ansiedad; que, en algunos casos, hace que profesionales, como
nosotros, lleguen a querer eludir este tipo de servicios. Sin embargo, eso no
puede ocurrir bajo ningún concepto. Animal y propietario nos necesitan
profesionales, como siempre.
Por eso, es fundamental que sepamos gestionar nuestras
emociones, controlar la situación y afrontar lo que está ocurriendo en la
consulta veterinaria. El dolor nunca puede superarnos y conducirnos a un estado
de desmotivación.
La estabilidad emocional del
auxiliar veterinario
Las opiniones de CIM Formación dejan claro, en
el curso de auxiliar veterinaria, que el profesional tiene que
protegerse constantemente contra el dolor y el estrés. No son pocas las
ocasiones en las que se pueden proyectar las emociones, por el hecho de que se
remuevan pérdidas personales o situaciones parecidas.
En estos procesos, es fácil llegar a experimentar
depresión o cierto decaimiento. De ahí la importancia de
preservar la estabilidad emocional del auxiliar.
Hay un consejo muy acertado y que puede ayudarnos a
mantenernos equilibrados. Se trata de realizar nuestra labor manteniendo cierta
distancia, pero sin llegar a ser fríos. Empatizar con el cliente no significa
sufrir como él. Lo que el propietario precisa de nosotros es comprensión y que
le tranquilicen.
Es inútil negar que la eutanasia animalva a
afectar al auxiliar de clínica veterinaria. Se trata de minimizar las
consecuencias que puedan derivarse de la acción. En el curso auxiliar
veterinaria, nos aconsejaban hablar del tema con otros miembros del equipo,
auxiliares y veterinarios.
Verbalizar la situación por la que estamos pasando es
una manera de rebajar la tensión y el estrés. Además de una buena forma de
fomentar los lazos con los compañeros, que también atraviesan por la misma
situación. Todos nos sentiremos más comprendidos y apoyados.
Sea como sea, nunca pongas en duda tu capacidad.
Esta es una parte más de tu trabajo, como auxiliar de clínica veterinaria.
Debes aprender a confiar en ti y desenvolverte en esta situación. La eutanasia
animal es un procedimiento común, dentro de tu profesión, y debes llevarla
a cabo con dignidad.
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