La enfermedad
cardíaca puede afectar a perros de todas las razas y tamaños. Además, es
bastante común. De hecho, la enfermedad cardíaca en los perros es casi tan
común como lo es en los humanos. Pero, a diferencia de estos, los perros rara
vez tienen ataques cardíacos o desarrollan problemas cardíacos debido a la
acumulación de colesterol en sus vasos sanguíneos. La mayoría de las
enfermedades cardíacas caninas se deben al desgaste normal de las estructuras
del corazón.
Hay dos categorías principales de enfermedad cardíaca:
congénita y adquirida. Las
enfermedades congénitas del corazón son problemas con los que nace un perro.
Estas enfermedades son raras y tienden a ser muy severas. Las enfermedades
cardíacas adquiridas son más comunes y se desarrollan con el tiempo.
Signos de enfermedad cardíaca en los
perros
Los síntomas de enfermedad cardíaca en perros dependen
del tipo de enfermedad y su ubicación en el corazón. En general, los signos son:
- Pérdida de peso
- Disminución del apetito
- Debilidad
- Tos
- Respiración intensa
- Hinchazón en las extremidades
- Hinchazón en el abdomen
La razón más común para visitar al
veterinario es la tos. Puede ser una tos suave y silenciosa que ocurre por la noche o cuando el
perro está acostado, o una tos fuerte que ocurre en cualquier
momento el día. Otra razón para
visitar al veterinario es cuando el perro sufre desmayos. Estos desmayos
pueden ser síntomas de arritmia.
¿Se puede prevenir la enfermedad
cardíaca?
Aunque la enfermedad cardíaca en los perros no se
puede prevenir (con la excepción de la enfermedad del parásito del corazón), el
objetivo es el diagnóstico y el tratamiento precoces. Las visitas de rutina ala clínica veterinaria pueden ayudar a detectar
la enfermedad cardiaca mientras todavía está asintomático.
Aunque no existe una investigación específica sobre
cómo prevenir la enfermedad cardíaca en perros, existen algunas pruebas de que la reducción de la inflamación puede
mejorar la función cardíaca.
La mejor recomendación que podemos hacer los auxiliares veterinarios es que el perro
siga un estilo de vida que no fomente la inflamación en el cuerpo, incluyendo
evitar el sobrepeso y hacer suficiente ejercicio. Una buena higiene dental realizada por el auxiliar
técnico veterinario en la clínica veterinaria y una dieta rica en
antioxidantes también ayudarán a mantener la inflamación sistémica al mínimo.
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