Si ya te has decidido o tienes a tu nuevo miembro de la familia en casa, lo primero que debes hacer es pedir ya una visita al veterinario.
Lo siguiente será comprar un transportín. Debes hacerte con uno seguro y confortable, donde el gato sea capaz de entrar voluntariamente, sin lamentos. Para ello tendrás que enseñarle y acostumbrarle desde pequeño.
El transportín puedes usarlo para ir de casa a la clínica veterinaria o a cualquier otro sitio, así como para viajar en coche o en otros transportes. Puedes ayudarle a superar el trauma las primeras veces con alguna golosina.
En la clínica veterinaria
Si es la primera vez que visitas a un veterinario, es posible que algunas cosas te sorprendan. Cuando llegues, seguramente te harán esperar en la sala. Si es una clínica grande, habrá otras mascotas con sus dueños.
Al ser la primera visita, el auxiliar de veterinaria abrirá una nueva ficha. Te pedirán tus datos de contacto y la información básica sobre el gato. En esta ficha irán anotando cada visita realizada, para poder crear un historial.
En cuanto el veterinario esté disponible, serás llamado a la consulta. El facultativo iniciará una revisión general que consistirá en:
- Revisión de dientes de leche y boca
- Tomar la temperatura
- Palpar los órganos
- Escuchar los latidos del corazón
- Mover las articulaciones para comprobar la movilidad
- Revisar los oídos en busca de ácaros
- Peinar la piel en busca de pulgas
Todo este proceso es natural y el veterinario lo realizará mientras tú sostienes al gato para tranquilizarlo.
Durante toda la revisión, el veterinario irá indicando cada acción nueva que realice y aprovechará la oportunidad para hablar contigo sobre los hábitos del gato (si ya lleva varios días en casa) o el temperamento que mostrado, así como si ha utilizado la caja de arena y sus hábitos alimenticios.
Tras esto, llega el momento de las vacunas y, en función de la procedencia, edad y estado del gato, más pruebas.
Pruebas y vacunas
Los gatos y otros animales adoptados, en ocasiones tienen enfermedades y parásitos que no han sido tratados. Así que es normal que se les realicen análisis de sangre o de heces y se le apliquen las vacunas pertinentes.
El examen de heces es realizado en busca de gusanos. Estos son recogidos y observados bajo microscopio. En caso de infección, el veterinario indicará un tratamiento.
Al igual que los niños, las mascotas también tienen un calendario de vacunas. Las vacunas son caras, no nos engañemos, pero son básicas para la supervivencia del gato.
Tras la visita
Finalizada la primera revisión, el veterinario se despedirá y será el auxiliar quien realice el cobro y programe una nueva cita, que habrá sido pactada anteriormente con el veterinario.
Tras esto, la salud de tu nuevo gato está asegurada y, con suerte, se convertirá en una pieza importante de tu día a día.
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